Las redes sociales, como representación de la sociedad misma, son un entorno que se impresiona y ofende muy fácilmente. Hay muchas situaciones que es preferible que sean evitadas en vez de puestas en evidencia. Con esta serie quise retratar diferentes elementos que a veces molestan y escandalizan a la sociedad y a las redes sociales hoy en día.
Las redes sociales tienen una política de censura que sigue una lógica que no siempre encuentro tan "lógica". En Instagram particularmente, fotos en donde se vea un pezón femenino son consideradas censurables, mientras que fotos con un contenido más sexual no lo son. A menos que alguien las denuncie. Lo que me hace pensar que hace menos de 10 años si una madre amamantaba a su bebé en un lugar público, mucha gente la miraría incómoda. Por eso mismo, hoy podría haber gente que se sienta "incomoda" con ver una foto de un pezón femenino y sienta la necesidad imperiosa de denunciarla.
La forma es igual que la de un pezón masculino pero igualmente genera controversia. Incluso, esta misma modelo representó la figura humana de una de las cartas del tarot que hice, y yo tuve que plantearme la forma de poder subirla a Instagram. A su vez, me hizo plantearme si el hecho de dejar un pezón puede darle lugar a alguna persona a "sexualizar" una imagen sin que tuviese ese fin en particular.
Por suerte, de a poco, la situación esta cambiando. Pero al parecer, hoy por hoy, hay que tener Precaución con el Pezón Femenino.
Como vivimos en la época de aprender a "soltar" se generó también el miedo a "aferrarse". Al vivir en esta "Modernidad Líquida" (el título de un libro de Zygmunt Bauman) todo nuestro entorno se convierte en líquido y, al tener esa forma, es imposible mantenerlo entre las manos por mucho tiempo antes de que se escurra. Trabajos, lugares donde vivir, relaciones, todo parece ser un contrato a tiempo determinado.
Pero en particular, en el caso de las relaciones, el amor nos puede afectar de una forma que ninguna otra situación puede y es porque nos hace vulnerables. Si amamos no podemos ser ese ideal de persona fuerte y razonable que sabe "soltar" todo lo que le hace mal, porque la razón funciona hasta que algún sentimiento se hace más fuerte y se pone por encima. Es mucho más difícil soltar algo que amamos que algo que nos fue indiferente, y por eso el amor atenta contra ese ideal de persona poderosa e independiente.
Por suerte, de a poco, la situación esta cambiando. Pero al parecer, hoy por hoy, hay que tener Precaución con el Amor.
Ya sea que hablemos de fuerza física, fuerza intelectual, feminismo o igualdad de género, gran parte de la sociedad no tolera que la mujer esté por encima del hombre, o incluso al mismo nivel. Recuerdo películas, relativamente modernas, en donde el conflicto principal era que en un matrimonio heterosexual la mujer ganara más en su trabajo que el hombre, atentando contra la "masculinidad" de su marido, que era quien tenía que "proveer".
En esta "guerra de los sexos" (término que, supongo, nació antes de la idea de distinción entre sexo y género) las mujeres siempre representaban el "sexo debil" y no debían salir de ese lugar. En el inconsciente colectivo, si una mujer no podía abrir un frasco de mermelada (o de lo que fuera) le tenía que pedir a un hombre que lo hiciera porque era el "sexo fuerte". Tan irónicamente "fuerte", que de haberse dado la situación inversa, para el hombre sería un momento humillante.
Por suerte, de a poco, la situación esta cambiando. Pero al parecer, hoy por hoy, hay que tener Precaución con el Poder Femenino.
"Los hombres no lloran", "No seas maricón", "¿Te vino que estás tan sensible?". Frases comunes que siempre intentaron estigmatizar las emociones masculinas. Y al mismo tiempo, en el rol de "sexo fuerte" en esa "guerra de los sexos" que nombré en la foto anterior, con esas frases se aprovecha a poner al hombre heterosexual en un lugar diferente y por encima del resto de la sociedad. Llorar es de "maricón", palabra que se normalizó en la forma de hablar para nombrar despectivamente a los homosexuales; o llorar es de mujer, que "le viene una vez por mes y entonces está inestable". Para que un hombre llore tiene que haber pasado algo grave, a diferencia de los demás que "lloran por cualquier cosa". E incluso si llora, debería tratar de no hacerlo evidente.
Lo interesante es que, en el polo opuesto, hay emociones que siempre fueron aceptadas en los hombres, como el odio, la alegría, la ira o la euforia. Un hombre que siente mucho amor es más "sensible" que uno que siente mucho odio. Siendo "sensible" uno es vulnerable y la sociedad nos inculcó a los hombres mucho miedo a ser vulnerables. Tanto que a algunos les lleva años conectar con sus emociones por su represión inconsciente.
Por suerte, de a poco, la situación está cambiando. Pero al parecer, hoy por hoy, hay que tener Precaución con las Emociones Masculinas.
"Iluminá tu cara con alegría, borrá cualquier indicio de tristeza" dice una famosa canción. "Al mal tiempo, buena cara" dice un famoso refrán. "Pensá en cosas lindas, no tenés razones para estar triste" dice la mayoría de la gente cuando se cruza con alguien que tiene depresión. Las redes sociales alientan la necesidad de estar felices y por eso alguien que no haya sufrido algún tipo de inestabilidad psicológica no entiende de donde vienen esas sensaciones. Sensaciones incontrolables, que surgen más de un desequilibrio químico en el cerebro que de un "momento de tristeza o de miedo pasajero".
Hace varios años tuve algo similar a un ataque de pánico, sin llegar a esa magnitud. Desde ese momento cambió mi postura frente a las personas que están atravesando algo por el estilo. Depresión, ataque de pánico, agorafobia. Solo algunos ejemplos de la inestabilidad psicológica que puede atravesarnos, y que necesitamos entender que surgen de un proceso involuntario en nuestros cerebros. Sé que es difícil ponerse en el lugar de alguien que lo esté sufriendo si nunca pasamos por algo similar, pero al menos hay que tratar de evitar frases como "vamos, pensá en cosas lindas así no estás más triste". Esa frase tiene también su lógica, ya que muchas personas no saben como reaccionar frente a estos casos, y por eso prefiere evitar verlos o entenderlos. Las redes sociales muestran éxito y felicidad, porque la gente quiere alegrarse cuando las usa. Por eso no es lo usual ver personas atravesando esos momentos. Pero esos desequilibrios pasan mucho más seguido de lo que creemos y no tiene nada de malo atravesarlos. Lo ideal es siempre buscar contención, preferentemente profesional, sin que eso tenga alguna connotación negativa. Si nos duele el cuerpo, vamos a la guardia para que nos atienda un médico. Con nuestra mente debería ser exactamente lo mismo, sin prejuicios.
No estoy seguro en este caso de que la situación esté cambiando. Pero puedo decir que, al menos hoy por hoy, hay que tener Precaución con la Inestabilidad Psicológica.