Dicen que cuando adoptamos un animal en nuestra familia, ellos a su vez "adoptan" ciertas características de nuestra personalidad. En el caso de Gannikus, él adoptó de mi la ansiedad (aunque a veces se le activa más rápido que a mí) y el insomnio (porque no entiendo cuándo es que duerme). También adoptó mi sentido del humor y mi inteligencia, pero eso está más relacionado con que yo hablo por él, gracias a la fusión mental canino-humana, una facultad psíquica muy rara que solo tenemos yo y 4 empleados de una veterinaria en una ciudad llamada Springfield.
Un día de lluvia le compré un piloto para poder pasearlo sin que se moje y quedé enamorado de cómo le quedaba, con ese cuellito y ese cinturoncito. Por eso decidí armarme un piloto similar al suyo y busqué en Internet hasta que conseguí 2 metros de tela de plástico PVC cristal. Con eso, una abrochadora y cinta aisladora negra, pude hacer este piloto de lluvia moderno, para poder estar a tono con el modelo original de Gannikus.