En esta serie quiero representar las diferencias entre la vida real y la que se muestra en las redes sociales, especialmente en Instagram. La grilla en la parte superior de la imagen representa lo que se muestra en Instagram, mientras que el resto de la foto representa lo que sucede en la vida real. El título de la serie viene del nombre del libro "El amor en los Tiempos del Cólera" de Gabriel García Márquez, aunque nada tenga que ver la temática.
"El sexo vende" se dice usualmente, y hasta incluso es considerado uno de los "servicios" más antiguos que se puedan "ofrecer". Lo sexual, lo erótico, lo sensual forman parte de lo que consumimos diariamente en los medios de comunicación. Muchos íconos del entretenimiento, como Marilyn Monroe, fueron ejemplos de esa sensualidad/sexualidad explotada por las industrias del espectáculo.
En "Invierno en Tiempos de Instagram" quiero mostrar esa diferencia de un cuerpo completamente vestido y abrigado por el frío enfrentado con un torso desnudo, haciendo énfasis en lo que puse al inicio de esta descripción, que "el sexo vende".
Irónicamente, en otra serie (Precaución con...) hablé de la política de censura de Instagram cuando se trata de pezones femeninos en oposición a fotos con mayor nivel de sexualidad mostrando cuerpos desnudos. Hubo muchos comentarios sobre casos de personas con cuerpos no "hegemónicos" que veían sus fotos ser censuradas mientras que los cuerpos hegemónicos desnudos tenían miles y miles de Me Gusta. Incluso en perfiles de personas con cuerpos que pueden entrar en los estándares socialmente marcados de belleza, fotos con mayor sexualidad o sensualidad, en donde se pudiera ver el cuerpo desnudo tienden a tener un mayor impacto (en términos de Me Gustas) que cualquier otra foto de su perfil.
Picasso fue famoso por su estilo de pintura de retratos única, haciendo que diferentes partes del rostro del sujeto estuvieran dispuestos en lugares no realistas. Él es uno de los más reconocidos pintores del cubismo.
Para esta imagen quería mostrar el uso de la grilla de Instagram para agrandar una foto y dividirla en partes, obligando a la gente a que tenga que entrar al perfil del usuario para ver la foto entera. El problema de esa idea es que una foto sola mueve la grilla completamente, creando una figura distorsionado, con los ojos y la nariz dispuestos de una forma no realista. En eso, podemos encontrar una nueva forma de cubismo.
En Instagram la gente no puede reacomodar su feed, por lo que tiene que tener mucho cuidado antes de subir una foto si quiere tener todo organizado, para no tener que borrar (o archivar) alguna foto. Y en el caso de que alguien quisiera subir una foto en tamaño grande, dividiéndola en partes, tendría que subir siempre de a tres fotos para que la imagen grande fuese mostrada de una forma realista.
En esta foto quiero mostrar ese exceso de retoque digital o filtro que se le hace a las figuras humanas dentro de las fotos, como en la grilla donde la mujer casi no tiene arrugas en el rostro.
No hay un único concepto de Belleza, pero lo que sí hay es una idea "normalizada" de lo que es "bello" o "estético". De ahí es donde surge ese concepto de "Belleza Hegemónica". Los medios de comunicación y las redes sociales, particularmente Instagram, se encargan de alimentar esa idea de "Belleza" y todos, de alguna manera u otra, estamos afectados por esa información.
Esto no significa que esté mal querer verse bien a uno/a mismo/a, pero no es necesario encajar en alguno de esos preconceptos que los medios o las redes sociales nos mostraron. Siendo fotógrafo trabajo con Photoshop y sé el nivel en el que una foto puede ser alterada. Es cada vez más sencillo editar las formas de los cuerpos o las texturas de las pieles. Eso, sumado a los filtros que se pusieron de moda con apps como Snapchat o Instagram mismo, generan una distorsión de imagen tan grande en las personas, que prefieren verse a sí mismas por la cámara selfie del celular que frente a un espejo, donde no hay filtro que se active en vivo.
Personalmente no me gusta el exceso de retoque en las fotos que hago. Soy partidario de que la belleza es individual, y puede estar o no en los lugares en los que usualmente se la encasilla. Cada persona tiene su belleza y no es necesario ni un filtro para reducir arrugas (sinónimo de esa "indeseable vejez" en las redes) ni una edición para modificar los cuerpos.
Los fotógrafos nos encontramos con varios dilemas en las redes sociales. Especialmente cuando se trata de autorretratos, como en esta foto.
¿Deberíamos usar una marca de agua en cada foto que subimos para que la gente no pueda robarla?¿Tenemos que subir un autorretrato sosteniendo la cámara para dejar en claro que somos los fotógrafos y no los modelos?¿Tenemos que trabajar en material fílmico (rollo de fotos) en vez de fotos digitales, para crear una estética "vintage" que funciona muy bien en las redes sociales?
En esta foto quiero poner todo en la grilla, excepto la edición de las fotos, representada por mi laptop. Dentro de la grilla se puede ver un autorretrato con una cámara analógica y una marca de agua de mi Instagram escrita sobre mi frente.
Personalmente no me gustan las marcas de agua, porque quiero pensar en mis fotos como una expresión artística con vida propia, y también porque no me gustan las marcas de agua en sí. No hago fílmico, lo hice un par de veces mientras estudiaba Dirección de Cine. Y tampoco soy muy aficionado a sacarme fotos sosteniendo la cámara porque no quiero que la cámara que esté usando en ese momento me defina. Quiero que mis fotos se definan por mi propio punto de vista.